Querido Diego, Muchas gracias por todo, por el tiempo compartido, por prodigarme tu tiempo (que te lo agradezco profundamente) y tu cariño, por dejarme adorarte. No se si te llevo en el corazon, o si dejo pedazos de el aqui en Sevilla, en sus calles, en sus bares, en sus antros, para que te acompañen como amuletos en tus andanzas. Aunque intelectualmente se aprovechamos al maximo un lindo encuentro "con plazos y fecha de caducidad", mi histrionica alma caribeña me impulsa a sentirme desgarrado ante "la maldita circunstancia del agua por todas partes", como cantaria Liliana, un charco tan enorme de por medio, dos vidas como barcos que deambulan por mares que no se conectan. Solo nos queda este lindo encuentro, tan fortuito como encontrar un mensaje en una botella en una playa remota, y cuyo mensaje--"Quiero amor"--no sabemos quien lo envia, y si lo supieramos, no sabriamos como contactar al remitente.
Por favor, recuerda que puedes contar con mi amistad, sin importar cuanto tiempo pase y cuan frecuentemente estemos en contacto.
Y si alguna vez quisieras ver al amante, es solo dejarmelo saber.
Cuidate mucho, guapo mio.
Besos
