30/1/10

Culos 2010

EsTe eS eL AñO de los MaNoLoS,
LoS MaNuS, LoS MaNuelEs y LoS ManoLitos

Enero me ha hecho levitar

Elevandome de manera constante en el espacio sin intervención de agentes físicos conocidos. Así ando, encantando y dejandome sorprender.

28/1/10

Soy elíptico

Soy un lugar, soy una curvatura que seduzco sin quererlo con mis puntos. Me gusta mi simetría aunque a veces no pueda conmigo. He descubierto que mis ejes son fijos y mis constantes son los referentes que necesito como al oxígeno, para poder seguir pa'lante. ¡Coño, qué soy elíptico¡¡

17/1/10

17 de enero

Hoy es el cumpleaños de mi madre. Este año por primera vez no he pasado el día con ella, no he comido sopa de tomate, ni mi arroz preferido, no he compartido sonrisas, ni he tenido decenas de besos sonoros, ni abrazos apretados, ni caricias de manos unidas, ni miradas cómplices, ni riñas cada vez que abría un botellín o encendía otro cigarro. Hoy no he compartido secretos de familia ni algunos sentimientos más....

Ahora me viene a la memoria el día de su fallecimiento, lo duro, entero y valiente que fui. Durante años cientos de veces imaginé como sería ese momento en mi vida. Pasado el tiempo siento que debo agradecer que mucho tuvo que ver quien en aquellos días me tenía cogido de la mano compartiendo mi vida y supo suavizarme el acontecimiento.

Me veo en ese taxi aguantando la respiración cuando minutos antes, cuando yo ya iba camino del hospital, recibí la llamada de mi hermana Valle que simplificó el desenlace en sólo tres palabras: ¡Ven corriendo Diego¡. Me recuerdo mirando por la ventanilla por Menéndez Pelayo sabiendo que respiraba al compás de ella, el taxista comenzó una conversación que zanjé en un instante sin recordar como, sé que entendió cuando comenzó a cambiar de carril y saltarse semáforos en ámbar hasta la puerta de urgencias del Virgen del Rocío. Incapaz de recordar ni tan siquiera la silueta de ese ángel conductor. Cuando llegue al borde de la cama de la UCI la vi rodeada de espaldas, mis tres hermanas, mi prima Ana y creo que algún hermano varón,.... Besé su frente, cogí su mano y con la otra acaricie su cabeza. El pelo de mi madre siempre tuvo un tacto especial que desde pequeño me llamo la atención, era diferente, fino, absolutamente suave, casi delicioso. Sólo fueron unos minutos, creo que no más de 4 ó 5 los que la vida nos regalo para despedirnos, para compartirnos por última vez, sé que me estaba esperando... Me deshice en besos pausados, suaves, sonoros, mientras le dije al oído los dos o tres te quiero que con más veneración he dicho en mi vida. Esos te quiero que me golpearon la cabeza de manera paranoica el tiempo que duró el recorrido de aquel taxi: ¿Desde cuánto no le dices a tu madre que la quieres?. ¿Tienes que llegar para decirle que la quieres? ... Te espera para escucharlo y lo sabes. No se marchará sin que la beses. Yo dentro de ese taxi recibía sus S.O.S. Sabia que ninguno de los dos íbamos a permitirnos no despedirnos como queríamos hacerlo. Creo que nuestra despedida fue un acuerdo tácito que ambos nos hicimos en algún momento de nuestras vidas y que yo no recordé hasta aquel justo momento. Sereno y con paso firme fui el primero en abandonar aquella UCI cuando la doctora apagó la máquina que controlaba su corazón. Mientras caminaba hacia la salida pensaba que yo ya era alguien distinto, adulto, autosuficiente, consciente por primera vez de tener en mi haber tanto y tanto amor que ella se había encargado de proporcionarme durante toda mi existencia.

¡¡Feliz cumpleaños¡¡
No imaginaba que te podía echar tanto de menos. Te quiero como siempre.
Tu hijo preferido. (y que sólo tú y yo lo sabíamos, aunque alguna vez nos pillaron)